jueves, 21 de febrero de 2008

Escritor y Lector Modelo

El resto del bocadillo cayó al suelo, se abrió al caer,

con la marca de los dientes en un extremo...(1)


Fue aquí donde sin dudarlo un instante pensé en ellos, los que desde hace varios años me ha acompañado con sus genialidades y abstracciones sobre lo patético y absurdo del humano dentro de ese millón de objetos y caos recreados en cada uno de sus textos, donde la impresión no es dartela de un sólo golpe sino cuando vas avanzando y sientes. Y vuelves a sentir, sin parecerte ajeno lo que describe sino tan cotidiano como la taza de café del desayuno.

Es por eso, que decidí escribir en dos de mis modelos, teniendo en cuenta que es mi visión y posiblemente no les haga justicia o sea demasiado benevolente ante ellos.

Iniciando pues hablaré de José Saramago, el primer texto que leí fue el del Evangelio Según Jesucristo (1991), narativa que me hizo ver al Jesús, él tan adorado por las masas desde una perspectiva más creíble, donde se juegan y cambian los papeles de los personajes escritos ya más de un siglo por la religión. Seguidamente, que leí fue El Ensayo Sobre la Ceguera (1995), narrativa de una ciudad poseída por una especie de peste de la ceguera creando caos y miedo en la población, donde el amor entra en todo momento por parte de la mujer del oftalmologo quien finge estarlo por estar al lado de su esposo, en la trama se plasma lo egoísta, individualista y otra serie de características propias del humano en sociedad. He leído la mayoría de sus libros, pero también he de aclarar que por ejemplo El Memorial del Convento (1982) no fue del todo de mi agrado.


Seguidamente, sin restarle valor, pues está Fedor M. Dostoievski, escritor ruso, donde su texto más leído ha sido Crimen y Castigo (1866), pero en mi caso particular el texto que más me gusto fue El Principe Idiota (1869), lugar nada ajeno al humor negro que lo caracteriza y pues el manejo de tramas de engaños, romance, burlas y satiras finas de las relaciones interpersonales. Que al pasar el tiempo, siguen vigente en nuestros días.


Nada de eso -contesté- Cuando te levantas y pasas cerca de mí, me pongo en pie, te sigo con la vista, oigo el roce de tu vestido y el corazón me salta en el pecho; abandonas la estancia y repito palabra por palabra todas las que te he oído, con la misma entonación con que las profieres. Durante la noche pasada no he pensado en nada, no cesaba de escuchar el sonido de tu respiración, y he notado que te has movido dos veces mientras dormías...(2)



(1) Casi un Objeto, José Saramago (1983)


(2) El Príncipe Idiota, Fedor M. Dostoievski (1869)





1 comentario:

Sergio Morataya dijo...

Alejandra me gusta que siendo tan joven este en algo... casi nadie esta en nada... en ocasiones me siento inmensamente solo en una clase donde nadie a leído a nadie... y no tengo referentes... saludos