viernes, 5 de junio de 2009

Un año, después

Claro que te creo, te creo que esa turbulencia hecha por las situaciones impedirán lograrte salvar o mejor dicho lograrme salvar, de abandonar esas escondidas e impersonalidades que nos han rodeado desde hace tanto tiempo, donde el punto de partida es lo impersonal del reproductor que no para de sonar. Porque la nube de tus ojos me acompañan muy cerca, siguiéndome el paso hasta en las noches oscuras mientras los frascos de estrellas que he hecho, te los he dejado junto a tu puerta, para que no te extravíes cuando la tristeza te pierda en plena luz del día.

Mientras tanto quisiera decirte tantas cosas y robarle un par de versos a esos que saben hacerlo tan lindo, donde a pesar de eso no logren cubrir en totalidad lo que me inspiras con sólo imaginarte, dejando fuera el deseo carnal, que eso luego se podrá resolver. Impulsado únicamente con decirte cosas en silencio para no perturbar a los vecinos y así dejarte sonreír a medias, mientras tus manos tiemblan por no delatar eso que sientes al sentir el calor que hacemos. Porque sé que si sucediera eso así ocurriría, mientras evito que se me doble la voz al verme frente a ti diciéndote eso fuera de lo limitado, todo eso que nos decimos en secreto.


Porque cuando el mar se tranquilice y decidamos tirar esas cosas de mundo y respeto, sumado a que se rompan esas dimensiones y finalmente se te quiete ese miedo a ser lo que sientes será mucho más fácil. Y así podré ser de nuevo lo que me gusta ser contigo, ser de nuevo aquello que me hacías sentir con tus silencios causados por tu rutina y posiblemente por el no saber que decir…y así decirte tantas cosas posiblemente ya trilladas pero es la verdad que me sale de esta limitada imaginación.


El primer mensaje y la primera canción

1 comentario:

GavilaSavilaMavila dijo...

Gracias por hacer que el amor dejara de espantarme mientras nos creemos!