miércoles, 26 de diciembre de 2012

Ven Conmigo

Es como cuando se acaban las aves durante el verano, me dijiste. El cielo sabe intenso, antes era a dulce pero creo que luego de tanto viento tiene un toque de sal de las orillas de los ríos que se mezclan con el mar durante los días que la gente olvida la playa y se dedica a comprar tiempo para soñar.

Sería mentirte que todo marcha mal porque a pesar de todo el olvido me lleva con una sonrisa estúpida. Abro todas las tardes las cortinas para ver como se derrite el suelo en los bordes de las casitas en serie y bajo encargo llega el frío para hacer más distancia entre mis ganas y lo pactado.

Miles de cosas por quemar y algunas que talvez alguien las quiera para llenar su corazón. Barquitos de papel flotan por la sala, la música no para de sonaron y en una tabla de surf las velas iluminan el lugar. Pocas frases pendientes para explicar, monedas caen de golpe sobre la cama y las decisiones llegan de golpe a los ventanales.

Finalmente, el cuerpo duerme tibio y en una forma utópica, espero esas dos palabras suenen de verdad y yo diga con calma que sí.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Un domingo

El viento sopla fuerte, me mueve el resto de cabello que dejé luego de raparme por completo.  Los caminos cuadrículan el horizonte.  Parte de mi se ahoga con el tabaco húmedo que me llena la camiseta.  Nada pasa, todo queda en pequeños autos de cartón que pasan frente a mi.

La luna se asoma a cambio de una moneda sobre los techos llenos de tierra cocida y plantas carnívoras.  Vuelvo a ratos a ver al interior, nadie pide nada y todo sigue como esa canción con un eterno "repeat".  Ahora me enamoro con menos facilidad pensé cuando alguien me tocó la muñeca y me bajo el universo con su sonrisa. 

Las plazas se siguen llenando, los globos de colores intensos me obligan a no quitarme los lentes oscuros y un tanto la rasaca me conduce a meterme dentro de las piletas vacías de la iglesia mientras con pequeñas mordidas trago un elote asado.  Sonrió, un niño trata de asustarme sobre el muro y yo finjo hacerlo.

El frío cae y como una terapia de un mal psiquiatra (sin drogas y sin consuelo) camino de vuelta al marco de la ventana.  Hablo de lo que dejé pendiente la última noche, hago la lista mental de lo que finalmente debo pintar en ese mural horrible de la habitación y me convezco que será la última cajetilla de cigarros que trague intentando despegar los recuerdos de la sábana tecnicolor.

Ahora duermo, solo duermo.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Cuando todo se movió

El polvo me entra en los ojos, constantemente me repito que no lo debo hacer.  Los pensamientos se hicieron pedacitos, llevo un par de meses sacándolos de la habitación.  El sol es fuerte y alto, las nubes se las llevó el viento al otro lado del planeta.  Acá todo es claro, azul y radiante, tanto que da felicidad y se siente una dolida por no poderse incorporar a esa masa de éxtasis de buena suerte.  Luego de recorrer varios kilómetros todo éso pasa y entonces el sentimiento se enlaza con el mio.  

Cada rincón fue borrado, ahora todo son restos de lo que noches enteras se habla para no olvidar y seguir reconociéndose a pesar de la realidad que acampa fuera de la carpa.  El tiempo pasa lento, impulsa las piedras y a cuenta gotas aclara el agua que es un fango de suspiros que muchas veces ignoro y no se escuchan dentro de mi burbuja.  La puerta cruje, al mismo tiempo ella y yo despertamos y como gatas abrimos los ojos para ver si las cosas siguien pegadas en nuestras paredes.  El miedo nos tiene sitiadas.  

Ella juega con la imaginación, construye miles de casitas con láminas de colores, mueven los recuerdos para empapelar las paredes y abre los ojos de todos y todas para hacerles ver que se sigue vivos.  Éso me dijo en la última carta que amaneció sobre la repisa al lado de las que a diario le mando con imágenes robadas de esta aburrida ciudad.  Ninguna se extraña, sentirse acompañada a la distancia nos es suficiente.  Cada una avanza en el mismo cuadro de tierra, el mundo gira y bajo la sombra de algún arbol platicamos de lo que ocurre durante el día.

Pronto todo va a ser olvidado, le confesé.  Ella lo sabe y llora en silencio.  Quisiera volver y ella regresar. Cada verbo sigue doliendo y los versos se quedan atrapados entre el alambrado sin electricidad.  Cierro los ojos, el polvo y las luces Led me hacen dejar de llorar.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Único encuentro

Soñaba con soñarte.  Todo se quedó allí cuando la puerta se abrió y apareciste.  Los nervios inundaron la habitación y entre conversaciones mandadas hacer, algunas rotas y otras vacías entraste.  Sin resistencia la puerta se cerró, soltaste tu aroma por cada poro que te cubre y entre sonrisas nos aceptamos luego de días de esperarnos.  La sed nos secaba la boca, tus cosas cayeron al suelo, las mías seguidas y entre palabras de pacto las cortinas se cerraron, el frío nos vió desde la ventana y el televisor se condensó lejos de todo. 

El tiempo nos hizo justicia, mis manos te conocían a cada trazo, paisajes hermosos de fricción nos combinaron hasta volvernos una mezcla espesa e intensa.  Nuestra caderas danzaban, los labios giraban y los colores ocupaban las sábanas blancas del lugar.  Vos volteabas, te veía de reojo y sonreías frente al espejo que cubría la puerta del baño, diciéndome que me extrañabas y esperabas un poco de oscuridad para que el mundo ya no nos viera más.  Nos leímos la mente, cada deseo fue cumplido, cada beso fue puesto en el lugar correcto y a ciegas nos llevamos lejos, rompiéndonos desde adentro, comiéndonos a ritmos seductores y en pausas nos quedábamos sin hablar.  Juegos perversos nos aruñaron la espalda y gritos que invitaban entibiaban la piel que se balaceaba entre tanto estímulo.  

Nuestras vidas tomaron un sentido único rítmico, nada estalló como otras veces con otras historias, todo fue quietud y a cuentagotas nos consumimos entre azúcar y almendra.  Compartimos las utopías que nos hacen lo que somos y sin premura volvimos.  

Aunque no lo dijimos,  más que querernos nos amamos hasta el final.  

lunes, 5 de noviembre de 2012

Ausencia

Podría escribir miles de cosas.  Tengo gavetas llenas de papeles con fragmentos de paisajes y cosas que me pasan por la ventanilla del autobus.  Algunas mañanas me prometo tanto, diciéndome que tengo que reescribir toda esa basura que se muda conmigo al atardecer. 

Levanto los brazos, cuento... 1, 2, 3, 4 y 5.  Toda la humedad me llega a la cara.  Sigo pensando en el libro que hace unos meses devoré, duele a pocos porque me ví pasearme allí y aunque me crea tan ajena al estereotipo, termino siendo la excusa que el gobierno usa para llenar las calles de gas lacrimógeno y todo lo que éso implica.   No todo es malo, la vida me trata con cierto cariño y yo como gata en celo ronroneo para dejarme querer haciendo que el resto no valga nada.  Entonces me acuerdo de lo pendiente, de lo resuelto a distancia y los pedazos de espejos que llenan mi colchón. 

Me gusta ver la ciudad desde el borde de la carretera, alejarme de ese caos que me lleva cargada como en feria de oportunidades de papel.  La sensación de distancia, lenta y pausada me seduce hasta llevarme lo suficientemente lejos de vos y algunos cumplidos mandados hacer.  Extraño el olor a pasto humedo de las tardes, el mismo disco sonar en mis oídos y saber que algo me mueve más allá de esa maña de sobrevivir. 

Porque aunque me engañe, acá desde hace tiempo dejé de estar. 

lunes, 29 de octubre de 2012

Un día cualquiera

El viento se ausenta del horizonte.  Las partículas dejan de caer y se empujan para lograr moverse de la nada que las sostiene.  Los segundos pasan rompiendo las sábanas apestosas a sudor que se escurren por las orillas de la cama y caen al mar.  Vos te deshaces los nudos de la columna y yo unto lentamente la mantequilla a un resto de sueño duro que quedó sobre la mesa.

La luz se calienta antes de llegar al suelo.  El agua se templa y me invita a ir con ella.  Vos te negás a todo, decís palabras sueltas que suenan a una mala canción de la radio local.  El gato se pasea por la cabecera, balancea la cola, lame sus patas y con movimientos suaves se desliza sin hacer ruido.  Algo suena en la habitación de al lado, llevo días tratando de averiguar qué es.  Los agujeros de las paredes son diminutos no se logra ver más que colores mutilarse entre sí.

A veces tiembla, se raja el suelo y pequeños peces salen a la superficie.  Tengo botellas verdes llenas de ellos y cuando hace calor los dejo libres por la ventana para que se vuelvan arcoiris.  Creo que pasan los días, algunas noches nos cogemos sin ver y el resto simplemente me curo los ojos para un nuevo amanecer.

lunes, 22 de octubre de 2012

Borro datos de mi cabeza

Es mi plan para finalmente morir.  Es como retroceder de a pocos, un puro acto suicida, evitándome el dolor o por lo menos ese impacto que deja sin respiración.  Antes creía que era mala memoria pero luego de analizarme llegue a la conclusión que es el puro hecho de irme reduciendo.

Todo empezó con hechos aislados, ciertos números por ejemplo.  Los nombres de las personas fue mi gran avance, éso implicaba olvidar también sus historias.  Las caras se volvieron una gama de siluetas como de red social sin actualizar, todos y todas sin rasgos.  Únicamente contar con esa primera impresión que se da sin avisar me es suficiente y si no me gusta a los días sé que será borrada de mi memoria.  Así avanzo, depurando ciertos pasados, sacando algunos fantasmas que me habitan y dándome la libertad de poder reinventarme con tinta china y un poco de acetona de limón.  Los recuerdos que no logro borrar son las canciones tengo una repisa llena y no es que no me guste la música pero recordar la letra de Arjona o Five, no es que me orgullezca.  Mientras tanto allí están listas para salir y hacer el show respectivo.    

Aun me encuentro en "fase de perfeccionamiento", corregir esos errores de eliminar cosas/personas con sentido que me producen cierto placer.  Hay mañanas que dudo qué día es, qué actividades debo realizar o tan simple, qué helado prefiero.  Quiero borrar-me lo sé pero bajo un proceso lento y controlado, no amanecer sin saber con quién jodidos duermo.  Llevo una ficha técnica de mi escencia permanente para evitar ser otra persona con la gente que me rodea y por otra parte, ir eliminando esos tics que tanto me desagradan de mi.  Fue así como logré aceptar "la ignorancia funcional" de tanta gente y la mia por supuesto.

He cometido errores en este proceso, algunos todavía los lloro y para reparar-me me hice un rebobinado sin mucho éxito.   Cuando me vuelve el sentimiento me detengo, respiro y trato de olvidar el justo momento en que la borré.  Sin mucho pensarlo y bajo efectos de euforia lo hice.  Borré de mi mente esa valentía que me corría por las venas y me hacía moverme hacía la utopía dibujada.

Hoy lo demás no importa y cada día es menos.  Lo borraré.

lunes, 15 de octubre de 2012

Al Azar

El pago por adelantado empuja los vidrios, las puertas y hace danzar a las cortinas.  Inmóvil en una cama de libros con letras robadas que forman adoquines y construyen órdenes inalcanzables que causan cierto dolor de oídos.  "Tic, Toc, toc", suena la madera cocida, la lluvia que hace lagunas en los pasillos del hospital de mi conciencia difuminada.

El Señor Banda sigue en la esquina deseando que el tráfico de miradas se detenga para lanzarle una moneda oxidada que le aminore las pesadillas por lo menos antes que vuelva el sol a rajarle la piel.  Nadie para y yo sigo tirando la moneda al infinito esperando que salga tu promesa.

lunes, 8 de octubre de 2012

Por la tarde

Bajo los vidrios y la música se confabula a mi encuentro, la calle es ancha, los autos se cierran y yo juego con ellos entre malabares y monólogos con vos que me salís del pecho con el color sin nombre y con tanta euforia.  No espero nada, bueno para que mentir sigo sintiendo esa gana del golpe certero, único y sacarte para que todo sea blanco, como lo he deseado.

El cielo se ve hermoso, siempre me lo decís, esa gana tuya de jugar con las nubes y hacer bandas de músicos que sacan acordes de espuma y arcoiris.  Los anuncios se vuelven una masa en tonos escamosos, los sé de memoria y hago adivinanzas de cuál será el siguiente.  La música se repite como un rezo en misa que no se calla y que nadie duda, la diferencia es que acá se siente y mueve hasta los riñones.  A breves lapsos suelto los brazos, recuerdo algún mal verso y me prometo que lo voy a recordar, sin éxito alguno, dejado a la orilla del pavimiento. 

lunes, 1 de octubre de 2012

Negociaciones al despertar

Antes de abrir los ojos por las mañanas sostengo una plática con mis demonios.  Ésos que a lo largo de la historia colectiva se han introducido en mi subconciente, uno que otro adquirido por las malas prácticas y pues porque negarlo resultado de mis propias decisiones.  Habitan en el fondo de mi, conocen esos lados débiles de mis sentimientos y ganas de seguir.  Por las noches se reunen a tomar café instantáneo para pensar en qué momento venir y hacerme dudar.  Sus tácticas se reducen a volverme más realista, un tanto más calculadora y mecánica en mis acciones frente a los/as demás.  Son una exquisités de coquetería, es la pura verdad.

Luego de "negociar" y urgar de cierta forma en sus planes, respiro profundo, trato de alzar los brazos y despertar a la esperanza.  Aquella que vive momentos callada con los ojos llorosos y que buena parte de su existencia ha pasado en rehabilitación, librándose de batallas de vida y las que ocurren a diario a mi alrededor.  Los cuatro elementos la sanan, la vibra que entra por la ventana la energizan para meterse al agua fría y ruega que los sentimientos le reaccione junto a los sueños.

Ambas relaciones de una u otra forma nacieron de la utopía, se alimentan de ella a pocos y cuando tienen suerte algún acontecimiento llena mi cuerpo de figuras geométricas, colores, texturas y aromas que nos hacen flotar, es allí donde llega la tregua y esos universos que habitan en mi, forman un enorme círculo que sin tanta algarabía me sacan una sonrisa queda y me ayudan a desprenderme de las sábanas y salir a la calle con la música a todo volumen, deseándonos un día, no un mundo, un día bonito para todos y todas.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Un grito

Los ciclos, aquellos que a la fuerza queremos mantener vigentes, aquellos que una y otra vez le apostamos tirando la moneda al aire.  Nos convertimos en médicos aprendices y románticos, aquellos que le dan respiración al cadáver y que no paran de darle masajes al corazón, creyéndose ese cuento que talvez no fue el último latir.  

Todo da inicio con un grito y así deben de terminar, a pesar que nos neguemos a darlo y lo envolvamos en sentimientos de esperanza, los reforcemos con ilusiones y si es posible, lo guardemos lejos de la racionalidad para entonces volverlo un nudo imposible de sacar en la garganta que nos hace un ahogo permanente y seguramente con cualquier canción cursi, los ojos se nos aguaden para empezar a llorar donde sea. Buscamos cómo mentirnos, caminamos diciéndonos que es lo mejor y si es posible cuando tomamos valor, lo compartimos para que alguien más nos valide y termine dándonos la razón.  

Así pasamos como nómadas de anhelo, vagabundeando por las calles desiertas, aunque demos miles de vueltas, que sólo conducen al grito.  Ese grito atorado, que coagula la vida, nos llena los aparadores de desamor y finalmente, nos hace metemos al elevador, sin saber qué botón oprimir.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Promesa de Seda

Escuchar el piano.  Quedarte callada durante esos minutos.  Darle paso a los recuerdos que bailan tango pegados a las paredes, más de alguno se acerca y te acaricia el rostro.  Vos sonreís y sin dudarlo le guiñas el ojo lleno de complicidad que los hacés vibrar.

Todo se pierde con tanta intensión que ya no se extraña.  La ducha mantiene tibia la tina con flores de seda y las velas iluminan las esquinas.  La habitación es una enorme fiesta.  El tiempo espera afuera, sin carcomer las paredes, pega el oído a la puerta para ver si escucha su nombre y vos lo dejás entrar un rato.  Tu poesía pasada de moda la dejaste como comida para pájaros.  Las imágenes sueltas pasan por la pantalla del televisor roto que volviste un buró precioso para guardar frascos de tinta china.  

Así pasan los días hasta que el piano se canse mientras tanto en la última repisa cerca de la ventana en una botella cuadrada aun con restos de jamaica con anís hace unas noches bajo besos de cartón me hiciste entrar, prometiéndome que pronto romperías el hechizo y el diablo finalmente me devolvería a vos.  Tal como lo soñaste.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Método para disecar

Gota tras gota caen al suelo.  Situaciones que no podemos controlar nos llevan la mirada al suelo, esperando que "ese algo" ocurra entre movimientos desiguales de los brazos y los pensamientos tratan de tranquilizar la respiración.

La reja cierra la vitrina, nos aparta de aquello que nos hizo aplaudir y de cierta manera petrificar ese momento en nuestra memoria.  Ruedas y ruedas de gente me cubren, con música suave y con ese sonido que ahora me tiene tan enamorada desde estas últimas semanas.  El óceano se encuentra lejos, la incertidumbre me hace recordarlo mientras juego con los pies las piedritas que se soltaron del pavimento y ahora rodan entre aquella masa de humo de tabaco mentolado y la espuma del aliento a vacío.  

Últimamente todo se trata de mi, ese tedio de pensarme de una forma sistemática, nos ha llevado acá, con un silencio que se cala y se trepa como enredadera de frutos secos luego del verano.  El olvido luego de tanto mencionarlo tomó sus maletas entre las bocinas de un día de quincena cubriéndose de esas gotas que caen al suelo, quietas con la acidez justa para carcomer, rodando desde el toldito del café donde pido el mismo líquido apestoso, tan sólo para recordar y así tener motivos para mitigar ese amor imaginario que me levanta por las mañanas.

martes, 28 de agosto de 2012

Caja de Cristal

A pesar del enorme horizonte que cubren mis ventanas, el ahogo no se marcha.  La rutina me levanta entre quejas y ganas de quedarme sumergida entre las sábanas tibias.  El tiempo se va marcando solo en el calendario, ese vicio lo he dejado por tratar de creerme un ser independiente.

El sol vuelve, me juega la vuelta para darle chance a la luna que últimamente habla sin parar pegada a mis paredes.  Las pastillas se han vuelto mis mejores aleadas, el tabaco para mi fortuna me provoca resaca y la cerveza, la inflación me la tiene medida sin proporción.  Así pasan los instantes muchos divertidos, otros olvidados y algunos fingidos porque se debe ser amable y agradecido/a con la vida, me grabaron.

Entro a las pacas en busca de oportunidades de segunda mano, vivo pensando en una reinversión para poderme ir lejos, cambiarme de nombre y empezar sin extrañar a ese miedo latente de encontrarme con el lado animal de la gente que muta y habita la ciudad, que con varios golpes, leves para mi fortuna, me enseñó que la vida vale un poco menos que un recuerdo dulce.

Ésos que me sacaban la sonrisa y ahora me quiebran la voz.

martes, 21 de agosto de 2012

Lejos de la tormenta

Con los brazos extendidos tomó mi siesta de medio día.  El invierno me trae ricos sueños, que sin decirme nada me cantan al oído sobre unicornios y delfines que rompen el agua fresca del mar.  Sé que sonrio mientras duermo, esos sueños me provocan tantas cosas que creo que ya se ha vuelto una adicción desconectarme del mundo para simplemente irme lejos.

Las hormigas se limitan a verme a la distancia, hacen pequeños coros para adormecerme, silenciando a las ambulancias diarias que se atraviesan, y un par de mosquitos se dan a la tarea de espentar a la lagartija invisible, que últimamente me visita para traerme mensajes de lejos que piden que regrese a la batalla.  La planta ha dejado ignorarme y con suaves gestos me acaricia las manos, me llena de clorofila las uñas y me cubre de las gotas de lluvia que se fugan por el sedazo roto de las ventanas.  El silencio se pega en las paredes.  La lluvia simplemente revienta en el suelo para formarse enormes espejos de lucidez y tranquilidad. 

Nada pasa, y la nada a veces pesa, pero ésta es tan liviana que me provoca flotar, me despega del sillón a breves momentos, me juega las ideas y la respiración se relaja llenándome el alma en cada rincón.  Nadie sabe mi escondite, entre bromas juego a que la rutina me captura y con cierta magia guardo mis alas, empaco en cajas de cartón los mapas de destinos y con felicidad camino deseando que el reloj me diga que es hora de volar hacia el radiante sol, que se cubre con la tormenta. 

lunes, 6 de agosto de 2012

Historias de Vitrales

Soy una ladrona.  Amanezco y pienso en que hurtaré.  Tengo mis gustos, no es cuestión de levantarse cualquier cosa u objeto.  He de aclarar que no es con arma y toda esa violencia que contruye los robos como tal, lo mio es más sutil, delicado y sí, descarada también soy.

Camino por las veredas, me mezclo entre la gente, maquillo mi timidez y saco un par de sonrisas para convencer que todo está bien.  Me encanta pasearme por las veredas de cualquier población, nunca cambio mi "modus operandi" me encanta éste y con los años lo he perfeccionado.  Sin lucir muy pretenciosa observo a la gente, sus amores y necesidades que le cuelgan en los brazos y ocupan buena porción de su aliento cuando hablan.  Las paredes las memorizo, pasando las manos sobre ellas, nunca se sabe cuando la luz se apagará y tendré que vérmelas en el reconocimiento.  Enamoro a los fantasmas, les envió notas románticas a las energías y tengo un día a la semana para escuchar los sueños de las aves, he de confesar que a los arbustos los acaricio, son parte de mis amores imposibles.

Así paso los días, merodeando a los árboles, tomándoles fotografías, redibujándoles con carboncillo y cuando el crimen debe ser consumado, duermo sobre ellos.  Me acomodo sobre el pasto, trato de perderme entre su corteza y bajo conversaciones triviales les robo esas historias que la gente habla frente a ellos, los problemas que limpian durante la noche y las mañas de la luna que sueña en convertirse en planeta.  

Despierto, luego del retrato respectivo, armo la ficha y bajo un trance hermoso, vuelvo a casa.  Cada una de esas imágenes se traducen, se imprimen y lleno las paredes del saco de lona donde duermo y cuando encuentro algo extraordinario, se arma la fiesta.  Vienen los fantasmas, hacemos rondas y las energías embriagadas leen sus textos frente al espejo para hacerse homenaje.  Nos quitamos el disfraz.  Tiramos listones, comemos helado y si la cosa se sale de control, saltamos en burbujas de espumilla.

Luego de la farra, despierto con el saco cerrado y vuelvo a mi labor.  Las historias deben clasificarse, algunas son tan aburridas que las trituro para relleno de colchones y otras, como la tuya y la nuestra, les corto los bordes, las cubro con protector solar y armo un nuevo vitral que da directo al lago azul.  Ése que tanto nos gustaba.

lunes, 30 de julio de 2012

Justo Ayer

Crujen los picos de los pájaros.  La atmósfera con restos de tierra se cuela a través de las ramas de los árboles.  Miles de riachuelos reclaman un espacio, son aquellos que se fugaron del sunidero y terminaron rompiendo raíces para abrirse paso entre la maleza.  Las plantas sin quejarse se hidratan de todo, la nada les cae bien y las excita a multiplicarse sin censura en el lugar.

Las mariposas no podían faltar, las ranas usan de trinchera las hojas caídas aun verdes, aquellos peces unícolores divierten con piedrecitas verdes, sin saber que son tan valiosas donde todo ha sido mutilado.  Arañas bajan con sutileza en sus hilos, otras simplemente abren las patas y en un único brinco se tiran la vacío para jugar con la quietud de las pozas azules que el río usa para descansar y dormir durante las noches.  

Los monos se vuelven arañas, los gusanos enormes, mariposas y un par de grillos sueñan con volverse ranas  para así dejar de ser presas de los camaleones y poder disfrutar del agua dulce que el río trae desde las alturas y las rocas escarchan con restos de oxígeno puro.  Miles de lunas se citan en el lugar, ayudan a las manadas a seguir las rutas de migración y el sol las obliga a partir, muchas de ellas se resisten a ser presas fáciles del que todo lo pinta y conserva en frascos de cristal.

Justo ayer mientras los árboles inventaban el viento para refrescar a la comunidad y un par de felinos aprendían a trepar, se escucharon el crujir de las ramas, una voz fuerte silenció el lugar, venía de alguien ajeno, quien rompió el aire, con la palabra:  Explotación.


lunes, 23 de julio de 2012

Siembras al viento

Miles de pequeñas grietas me llenan las manos.  Cayos sobre cayos han crecido en los contornos de las muñecas.  Las uñas son un viejo recuerdo de blancura, ahora son astillas afiladas.  La piel me sabe a arena y sudor de sol.  Todo se ha curtido, engrosado y los dedos se han vuelto madera irrompible que con facilidad parte, teje y arrastra.

El viento no perdona, últimamente nos ha venido cobrando todo aquello que llevamos quebrando al pasar de los años.  Pocas lluvias y cuando llueve cae como manantial de acidez sobre las siembras, borra todo, y si todavía queda un poco de fuerza, empezamos de nuevo en el mismo sitio o simplemente nos encerramos en galeras para la ocasión y luchamos por aquella oportunidad de utopía rifada entre un millón.

Hoy antes del alba, en el silencio exterior, mientras conversaba con mis manos, supe que era el final.  Olvidando todo, sin poner mucha atención, arranque los retratos y con una fuerza inexplicable empecé hacer tiras de mis recuerdos, las paredes se hicieron cerillos y los muebles quedaron volcados, como cadáveres oxidados, y aquella vieja compañía, finalmente se había marchado de mi habitación.

En ese momento fui realmente feliz, el viento me llevó lejos, curándome las manos heridas y dándome semillas para empezar de nuevo.  Lejos, donde ahora pinto paisajes.

lunes, 16 de julio de 2012

Deuda Nocturna

Esa noche se despertó.  Tratando de recordar lo que había vivido o soñado, esa confusión de no saber que sucedió le aceleraba aun más las pulsaciones y el sofoco le crispaba la piel, sin quererse mover empezó a revisar la habitación, sentía como que un tornado había entrado en medio de la noche a la habitación.

La puerta estaba cerrada, con el seguro puesto y cada uno de los papeles de recordatorios estaban pegados en su sitio.   Los afiches palorosa con frases dulces que tenía desde niña estaban colgados entre tarjetas de aniversario, cumpleaños y esas fechas especiales, que se guardan con tanta gana.  El guardarropa intacto, cada una de las blusas en perfecto estado, ordenadas por tonalidades y combinadas de cierta manera con los pantalones y faldas colgadas al lado.  Ella sabía que la perfección del ordenamiento era una de sus debilidades, cosa que se repitió en ese instante de revisión.  La maqueta de collares y aretes seguía bien colocada.  El computador aun con la pantalla encendida y las esencias de orquídeas bien guardadas en las repisas de la pared.  Todo estaba en su lugar, tenía un mapa completo y todo respondía a éste. 

lunes, 9 de julio de 2012

Ensayo de Oratoria


Aquí, allá, en cualquier lugar, pero sé que fue en caminos de piedrín y luces neon.  Llevaba años sin pensar en ese escenario tan extraño, donde no se llega a ninguna parte pero los colores son hermosos, tan lindos que se sienten como besos robados e inesperados.   Ya los pasillos se ensancharon y el viaje terminó en paralelo entre ruido y gritos del próximo pasaje al punto de partida para el resto.

Lo tengo todo tan presente, con tanta frescura que sé que la sonrisa no me logró salir y hoy no es la excepción.  Sólo escucho todavía el sonido del ventilador, el aire que empuja todo y las preguntas que se enredan en los aparadores de pan de queso y voces que ofrecen curas, frescura y precios en plena prostitución.  Las ideas que ahora tengo sobre aquello siguen siendo iguales, me sorprendo frente al espejo, repitiéndomelas como ensayo de oratoria, es la nueva terapia que alguien por allí me aconsejó.  Enumerarlas sin parar en un orden establecido y si me pongo retadora, aleatoriamente para probar mi determinación sobre éstas, y que hice finalmente realidad luego de varios intentos.

Aquellos tiempos, lo digo sin vergüenza pero tampoco con juicio o anhelo.  Todo ese recuerdo suena como aquella canción en medio de una audiencia ausente y un par que por pura morbosidad saturaron con imágenes el salón.  La guitarra suena, lo demás se anuló y con esfuerzo salieron versos robados, palabras comerciales y nervios que se quedaron pegados en mis pies y me tomaron con todas las ganas y fuerza que quise.  Esa noche trajo tantas cosas invisibles, tantas cosas que luego se tuvieron que vender en la calle principal del mercado en un día cualquiera.

Hoy el recuerdo se disuelve, mis ensayos diarios lo provocan y los gritos de lo que fue melodía, lo cortaron en finas tiras que ahora se enredan en el alumbrado público y etiquetan esas mañas que se mandaron hacer para la ocasión.

lunes, 2 de julio de 2012

Sin Luz

Miles de brillantinas pegadas en las paredes.  Besos tejidos cubrían la cama.  Las cortinas sin moverse a pesar de la tormenta que caí y se quedó fuera.  Las lámparas no respondían, todas las baterías habían sido hechas maceteros para flores de octubre. 

La música sonaba sola, sin letra, lenta y con un poquito más de piano.  Sin tregua el incienso seguía haciendo su lucha de llenar la atmósfera de su pobre aroma.  Las hojas de la planta que me ve, habían dejado de sonreir y sólo me veían de reojo a la distancia.  Yo recostada en el sillón, esperando que las fotografías se cayeran de las paredes, el techo volara y vos me dejaras de comer los labios con tanta desesperación.  

Todo se ha vuelvo infinito e incambiante, me gana el sueño y cuando despierto todo vuelve a pasar sin ningún cambio, a pesar que me resista, te mienta y trate de huir.  Vuelvo al sillón, entre la planta, las fotografías y tu desesperación atroz.

lunes, 18 de junio de 2012

Sábanas Grises

Ese fenómeno de la duda, esa situación donde nos vemos vulnerables, el contexto se diluye en partes y a pesar del tiempo seguimos apostándole a algo lejano e imaginario, que muchas veces nos da leves toques de felicidad.

Amaneció, según dice el despertador y los rayos hirientes del sol que traspasa las cortinas.  Entre las sábanas, recuerdos, dudas y yo hemos tratado de organizarnos para poder convivir en ese resto de colchón hecho barca para el verano, y un techo cuando hace frío y la vecina no termina de aullar en el tejado.  Entre quejas y ofrecimientos los recuerdos me tratan de reenamorar, las sábanas aun tibias y con aromas robados me aseguran que allí nada malo ocurrirá, todo se confabula, menos las dudas.  

Depende la ocasión las transformo en collares, pulseras, un par de aretes o simplemente, con un lindo traje me acompañan, son esas líneas de autocensura que muchas veces me inducen, seducen y ¡por qué no! provocan.  Sé que un día cualquier tendré que abandonarlas dentro de alguna encomienda, como antes lo he hecho, cada una tiene su razón y es allí donde las remito, para salvarme de culpas o sencillamente abrir espacio en el colchón para nuevos romances pasajeros, mutilar recuerdos y ayudar a que las sábanas no apesten.

Todo se vuelve gris, la trama, la muerte, las sábanas, los recuerdos, pero sobre todo la compañía y el resto de encomiendas que llenan mi lista de pendientes.  Y así pasamos las noches, con amantes y odiadas dudas que nos conforman y divierten, como nena en carrusel, ¡o mejor aun! como la frase justa que endulza el café de la mañana.  Sí, así.

lunes, 11 de junio de 2012

Levedad

Bajo la nota más alta que aquella voz logró expulsar de la garganta, el agua se reprimió, la gente en cámara lenta nos quedamos sin quedarnos en el mismo lugar.  La vibración fue suave, lenta y bajo una especie de sueño colectivo, soltamos los brazos y sin decirnos nada, de nuestro cuerpos salieron umbrales multicolores.

Nos cubrimos, sin maldad, siguiendo el sonido afinado y único que venía de la estructura metálica y llena de texturas infinitas.   Sin vernos avanzamos, sin tocarnos caminamos y sin conocernos fuimos una sola masa detonante de energía y éxtasis.  Los sentidos no necesitaron basura prefabricada, los sentimientos nos tomaron sin mediar palabra y con los ojos llenos de lucidez, flotamos lejos de los cuerpos a los que estábamos condenados.

La voz se intensificó, sin respiro generaba matices dulces y tonos fuertes que nos impulsaban a través del viento, la luz nos giraba de un lado a otro, entre risas y cosquillas, nuestras miradas se cruzaban con cierta felicidad, aquella que sólo la complicidad puede provocar.  Llenos de ese amor de pensarnos lejos y sintiéndonos finalmente libres, explotamos, en partículas disolventes para mezclarnos con el agua, que volvió por la masa multicolor.

La voz no dejó de sonar, hasta que la tierra se había abonado, con todo lo que dejamos atrás.

miércoles, 6 de junio de 2012

Receta Médica

Los días pasan, trato de contarlos con tiza en las paredes, las cortinas las abro y cierro por pura inercia, la comida al despertar está servida en el mismo sitio y mi ropa va cambiando cuando menos lo espero.  Tomar una taza de café,  lanzar al viento un poco de humo mestizo y entre pláticas avanzar en el día dentro una ventana.  La cama tibia, las sábanas como remolinos y la luz apagada desde hace días.  Le tengo miedo a la realidad, entre cuatro paredes y un pequeño balcón me archivé.

Las gotas se deslizan rapidamente por los bordes, se cuelan para ser motín de las pequeñas grietas de los árboles, cada una de ellas llega al final para estallar en los ramilletes de hojas intensas que cantan canciones de escarabajos y un par de mitos urbanos que la gente piensa que existen al final del callejón.  La neblina con pequeños ganchos de ropa la coloqué, cubriéndome desde dentro y poniendo la heladez como centro de mis pensamientos.  

Los sentimientos a veces, me acosejaron, necesitan un poco de ventilación, lejos de éso que los provoca y sin tanto cuidado ser expuestos a bajas temperaturas.  Los discursos se acabaron.  Mis sesiones de monólogos con vos los he filmado para verlos una y otra vez.  La recopilación de mis memorias han quedado en el olvido junto con ellas.  Ahora sólo he decidido buscar un nuevo pasatiempo, convertirme en una super vengadora y en el tiempo libre, terminar de pintar las paredes de mi memoria, creo que ya es hora de modernizar las paredes blancas que tanto me ahogan.  

En el momento justo, vos abrís la puerta, sin verme me acaricias, sonrio como adolecente enamorada y un silencio tibio me hace pensar que me amás.  Luego de un par de minutos, la realidad me despierta para darme la mala noticia, que todo lo anterior fue un estúpido sueño, sin causas aparentes, me dijo el doctor.  

Salgo con una receta médica en la mano y un litro de agua ardiente para bajar la tensión.

lunes, 4 de junio de 2012

En el centro de la ciudad

Quedado, todo quedado.  El teléfono suena como un panal en medio del verano, cubierto de la nada de un bosque cualquiera.  A veces me sonrojo, cuando pienso en aquello y el resto, solamente me guardo las manos en los bolsillos llenos de retazos de cinta de aislar y ese par de colillas de cigarro que nos debemos, aun.

Situaciones complejas y con lados no convexos pero bien lisos, casi suaves que dan ganas tirarse de un par de brinquitos de espaldas, para así poder bien la cara de la audiencia que se queda atrás, deseando tener algún día ese valor para hacerlo.  La bateria suena a la orilla, despacio y el cantautor de cuarta sigue jurando que sus canciones enamoran hasta a la señora que se guarda el amor para ella sola.  La oscuridad se congela, las nubes se untan como mantequilla, el agua como acción sin sentido, los faroles se caen por pocos en las aceras y desde las azoteas se llenan de pájaros que cazan corazones por encargo.  

Todo así queda, mientras a un lado, vos y yo nos comemos a besos, en las cornisas grafiteadas del centro de la ciudad a plena luz del día.

lunes, 28 de mayo de 2012

Evaporaciones Conjuntas

El viento sopla, la terraza cubre los edificios horribles de la urbanización y como una pista sin fin al cielo, se ven las nubes, un par de difuminaciones de azules y el sol se ha quedado lejos para evitarnos la pena del malestar.  La música suena, haciendo girar las ganas, llenando la atmósfera de un suave aroma relajante.  

Los árboles se estiran, se empinan hasta cubrir las orillas de las barandas de concreto, vibran y una que otra ave sale de los nidos para observar éso que ahora se extiende entre siluetas de tabaco y golpecitos de frutos fermentados en peceras con agua de sal, arena blanca y pedacitos de tomillo.

Vos como si nada, soltando el cuerpo, jugando a mover nubes con los dedos y sonriendo con frenesí, entre mis juegos a no jugar y el agua helada que te dejo caer sobre el cuerpo desnudo, esperando que te convirtás en óceanos, para así diluirte en el ambiente y yo, dé un sólo salto me ahogue en tu inmensidad.  

Así pasamos las tardes, deseando que las lunas hagan el conjuro y no volvamos nunca a este mundo, para finalmente llenar esa ansia de amar.

jueves, 24 de mayo de 2012

Dibujo a lápiz

Aquellos problemas de logística, aquellas arañas que se tejen en lo invisible, aquellas trincheras que se acomodan a nuestro alrededor y entre besos perdidos seguimos avanzando, creyéndonos todo.  El calendario se pega sobre el del año anterior, marcándolo con aniversarios imaginarios y fechas de viajes alternos a otras épocas con sabores aun sin catalogar.

Las orquídeas son la referencia, millares de historias pasan frente a la ventana y la voz que me rompe, sigue hablándome con cierta fascinación dentro, haciéndome empachos de desamor.  Todas las tardes junto al cantar de las aves que ruegan con poco de lluvia, me dejo ir, entre maletas de viaje olvidadas, entre muchedumbre que ofrece el mejor precio y postales de aquellas diosas que a veces se admira y otras, se olvidan como un viejo libro perdido dentro del buró al lado del computador.

Porque aunque no lo quise termine con las uñas completas de arena, con el frío destemplándome los dientes y un par de rajaduras en los labios de esperar, esperarme y por qué no confesarlo, de esperarnos como adolecentes a las afueras del instituto.  Nada de lo que se prometió ocurrió, todo lo que se negó envolvió mi libreta y en un papel troquelado con publicidad, te dibuje lo que más amo y con lo único que sé comunicarme, me negue a todo y volví.  Sin nada.

lunes, 21 de mayo de 2012

Abordarje

Enormes bultos de redes de frutas de temporada, llenas aun con tierra y olor a rocío de madrugada; canasta de comida refrita, sazonada con sal, subsistencia y sol que se cala por los retazos de láminas que cubren la estación;  mujeres tostadas que van y vienen llevando familia, productos y recuerdos para resistir.

Así pasan los días y ciertas noches, cuando es tiempo de vacaciones para la gente que habita los otros mundos, lejos de la carretera que jura progreso y desarrollo para todos y todas.

martes, 15 de mayo de 2012

Trampa para un ratón

El metal ya no rechina, la convivencia ha hecho que todo deslice suave, sin tensión y con cierta adicción.  Bajo cierto enamoramiento, sobre las líneas que marcan distancia me he sentado a observar esa obsesión que cualquiera vive en este mundo de necesidades y fetichismos.

Las chispas que salen de la superficie, a veces me queman las cintas de los zapatos, pican y me hacen recordarme que posiblemente vos salgás de los pasillos y con un grito enorme, me digás que olvidé la libreta y esas fotos que tanto odias sobre la mesa.  Realmente deseo que éso ocurra, lo he hecho con toda la mala intensión, como un crimen bajo todas las atenuantes posibles, las razones ahora no importan, simplemente quiero verte reventar.  Y pasan las horas, las cajas se llenan de artículos de consumo, sonidos placenteros y una que otro dulce que se deja caer de algún bolsillo, sin que vos aparezcas.

Las manos se agrietan el frío de la multitud, me he quedado un tanto sorda y el metal se ha podrido como el amor que sentía hace un par de años por aquella figurita hermosa y brillante de cartón de los power rangers.  El reloj marca su hora de salida, todo queda mudo y yo como las noches anteriores, apago las hileras de luces neon para poder dormir bajo la pancarta del genocida que ahora es presidente y asegura con su puño que "se compromete".  Mientras vos, no volvés a casa, porque sabés que te he tendido una trampa.






sábado, 12 de mayo de 2012

Siendo

Nacimos siendo.  Aquello que se esconde por debajo de la tierra.  Aquello que se acorrala a los bordes de la urbanización.  Aquello que la violencia acaba desde adentro.  Aquello que acongoja a la "gente buena".  Aquello que se fotografía y filma para ser expuesto en galerías lindas.   Aquellos que el silencio se come por las noches.  Aquello que el plomo borra.

Vivimos siendo.  Aquello que vive bajo el mínimo.  Aquello que la politiquería usa de discurso para ganar simpatía en los actos públicos y gestiones de financiamiento.  Aquello que ha aprendido a sustituir la nutrición con juegos mentales de restos de verduras.  Aquello que la educación llega a los jóvenes mayores y que las niñas muchas veces escuchan a través de un radio a las 7 de la noche.  

Seguímos siendo.  Aquello que los programas sociales se pelean toda vez seamos mayores y tengamos un documento de identificación para votar.  Aquello que entre agilidad y un poco de vivencia logramos aprender y poder ser mano de obra barata.  Aquello que no firma, ni figura en la lista de censos.  Aquello que sólo se identifica con la huella del dedo índice derecho.

Continuamos siendo.  Aquello que el agua llega una vez cada quince días.  Aquello que los centros de salud atienden sólo en jornadas.  Aquello que aglutina las cifras de ausencia de solidaridad en los informes internacionales.    Aquello que se moviliza en latones oxidados entre gritos y malabares para no caer.  Aquello que lo informal nos da a gotas un poco de respiro en las esquinas de la ciudad.

Resistimos siendo.  Aquello que no se reprime.  Aquello que se levanta antes que el propio sol.  Aquello que juega a vivir con una sonrisa entre cartón y latas para revender.  Aquello que camina entre tierra y arena por alcanzar algo mejor.  Aquello que apuesta la vida para salir de la oscuridad.  Aquello que no se siente solo, porque sabe que muchos y muchas sueñan con un mundo mejor para todos y todas, en cada paso que damos.

Todo éso somos, por imposición, decisión y algunas veces, por convicción.

lunes, 7 de mayo de 2012

Sonido Unísono

Suena la bataca, una y otra vez.  Los rótulos indicando precaución, llenan la vista y el resto del mundo no sabe porque tanta desigualdad, acá lejos de los medios y la globalización deforestadora, vivimos como recuerdos rotos, llenos de placebos fomentados.

La masa calla, nadie se anima a decir adiós y empezar en otro lugar lejos de tanto temblor y mantas con hilos sueltos.  Así pasan los días esperando que el agua caliente no caiga del cielo, que nos reconozcamos y un día cualquiera, nos acompañemos con fuerza y resistencia.

lunes, 30 de abril de 2012

Juegos Perversos

Arrancarme las pestañas, provocarme empujones por todas partes, arañarte la vida y mientras la intensidad nos dure, revolcarnos y tenernos hasta el último aliento.  Vos volteas, sin resistencia gritas y me buscas algo dentro de la piel, lo guardas dentro de un pañuelo roto como recuerdo de algo que no sucedió.  Mis mecanismos de defensa lo he dejado fuera de todo ésto, quise apostar hasta la última gota de lágrimas en mis sensaciones y en las ganas que se han apilado en los burós de tu habitación.

Amanece, el sol no se anima y vos sin decir nada, entre sudor y pudor me abandonás.  Despierto, sé que no estás, sin siquiera buscarte, simplemente lo sé.  Ahora llevas años, tratándote de sanar, pero no hay pósima que te sane, esa última mordida que te dí.  

A la distancia la llevo de recuerdo y cuando te sangra, la misma emoción me llena y revienta la piel, sólo que ahora, ya no necesito de vos.

martes, 24 de abril de 2012

Bajo cierta velocidad

Entre tierra árida, bajo árboles pastosos de secos, con ramas que resisten con la consigna de ser, estar y demostrar que la arena también es buena.  Unicolores, llenándose de oxígeno para producir algún color y no parecer un grumo entre las piedras y la soledad.

Nulos arbustos, ellos decidieron migrar, no se sabe dónde pero las promesas de los reptiles fue ir a buscar agua y despegarse del sol con sabor a destierro.  Pedazos de paredes sin anuncios fragmentan el paisaje, bardas sin sentido marcan territorios y un par de familias se cubren del sol con la indiferencia que dejó de permeables los discursos de politiquería barata.

Los kilómetros infinitos, mixtos y compartidos entre chatarra, mercancía y personas que buscamos algo, que sabemos no está en nuestro destino de hoy.  Ése que se quedo pegado con un imán de recuerdo de algún viaje ajeno, en el refrigerador.  Todo pasa, todo nos traspasa.

martes, 17 de abril de 2012

Blues y un poco de luz cegadora

Cerca, tan cerca que me topa la nariz de forma repetitiva y porque no decirlo, en una forma enfermiza.  La visión se ha hecho nula, ya los recuerdos topan y vuelven a empezar sin pausa, y ni siquiera uno de esos anuncios antipiratería que tanto odio, logran cortarla.  Los juegos se quedaron para los jueves y desde que existe la ley antivolumen, hasta ese día se ha anulado en el calendario.  

Toda la gente se queja, entre mensajes cortos y pancartas en los autos, los cromos pintan las paredes de las colonias de la "gentebien" y el resto que tomamos la ruta Proyectos desconocemos porque tanto es el alegato.  Los rebaños se peinan, se asicalan entre quejas y envidia, salen por las noches, llenan las banquetas de tanta mierda y consigna de mundos mejores pero no sobrios, es allí donde la realidad se rie de los sueños provocados por la gana de decir algo.

¿Escuchan el silencio?  ¡Pues se escucha! cuando se cruza la calle, se cambia de banqueta y se empieza a soltar los brazos, es una musiquita que no embriega pero hace cosquillas en la parte curva (dirían por allí) del ser maquilado de ganas de sobrevivir en la jungla de concreto, pintado de negro, más que de blanco.

Así perseguimos todo, entre las manchas, desamores y ganas de pertenecer a algo que ni dormido es.  La consigna termina cuando ya no hay para ajustar, y un baile patético de un par de amantes transitorios llama nuestra atención, es allí donde nos distraemos del discurso planfletero y volvemos a ser, simplemente ser, nada.  La luz nos quema, nos vestimos y empezamos a caminar, esperando llegue la noche y jugar a ser alguien, como nos han enseñado nuestros dueños.

martes, 10 de abril de 2012

Océano

Como espejismo, creció frente a mi.  Las arenas hicieron su mejor trabajo, se unieron entre colores e intensidades.  El agua se puso quieta, los grises se fueron al fondo para dejar a la transparencia lucirse.  Los peces voltearon, entre indiferentes y con ganas de volver hacia la orilla.
El sol jugo a tornarse atardecer para que las energías salieran relajadas.  Me llene de pintura las manos y maquille un par de nubes, ésas que te gustan adivinar.  Los azules se abrieron y dieron paso a las estrellas robadas del otro lado del planeta.  
La soledad la ocupó mis sueños.  Y el olvido hizo su tarea también, esperando algo, sin saber qué.

martes, 3 de abril de 2012

Arena y luz

Mis manos han dejado de buscar.  Los pies los tengo pegados a las nubes con formas extrañas y que saben tan raro, últimamente.  Mis pensamientos los empeñé por una nueva tabla de surf.  El mar es mi nuevo destino, quieto, bien quito, lo suficiente como para dormirse en él.

Vos, seguís en el pequeño aparador, junto a otro montón de pendientes que ahora no pienso atender.  He hecho miles de historias de viajes con piratas y un par de canciones patéticas que ahora suenan en la radio fresa de la ciudad.  Así han pasado estos días, hablando de nada, porque hasta la soledad se ha divorciado de mis crisis existenciales.

Han pasado semanas, choques en banquetas y un par de barriletes perdidos de noviembre vienen a mis paisajes, vos llevás tiempo sin venir y yo tengo años de estar acá con el cuerpo cubierto de arena que a veces deja de picar y simplemente, nos duele.

martes, 27 de marzo de 2012

En una esquina

Sueño tanto, sueño en medio del ruido, sueño en medio de la nada, sueño...sencillamente, sueño.  Lugares donde los arcoiris son eternos, se hacen atmósferas de risas que nos embriagan, frente a paisajes que nos hacen alucinar.  Todo se descontrola y todo es.

Sencillamente, sueño, antes que el semáforo cambie de color y deba cruzarme la calle.

lunes, 19 de marzo de 2012

Vos, sí vos.

Sos lo que me paraliza levemente el corazón.  Sos la fuente donde recibo la sensación justa que me eriza la piel.  Sos esa razón que me hace buscarte en cualquier calle del centro de la ciudad.  Sos el sentimiento bueno que me pone llorosos los ojos y me seca levemente la boca.  Sos el impulso que me hace correr hacia vos.

Sos, simplemente.  Sos.


lunes, 12 de marzo de 2012

En ese momento justo

Todos los días me gana la nostalgia.  Sé perfectamente en que hora se va asomar y me llevará al rincón de los suspiros y sentimientos.  Pocas veces pongo resistencia, creo que las veces que lo he hecho ha sido con tal de arrancarme de un golpe el llanto.  Porque para éso sí que me he preparado, para no llorar, forrarme de tantas cosas y con cierta verguenza hacerlo a solas.

Siempre he asegurado que soy una mala persona, creo que por éso no se me ha "dado" el don de llorar con facilidad, sin pena y si es posible entre abrazos de gente extraña.  Innumerablemente en mi lista de regalos lo he mencionado, sin tener éxito.  Cuando pasa algo dentro de mi sé que debo hacerlo, sin alcanzarlo.  Pongo películas conmovedoras, una y otra vez, para provocármelo.  Leo historias de vidas enteras, sin tan siquiera arrancarme un vano puchero.  Ni la autoflagelación, me han golpeado con la suficiente fuerza.

Luego de tanto experimento comprendí que lo mío no es éso, que aunque lo intente desesperadamente pocas veces lo consigo, únicamente cuando lucho contra mi misma en esos momentos del día o cuando cierta canción logra traspasarme y romperme.  No me atormenta, ni lo añoro, pero se siente extraño que este duro y áspero corazón a veces no conecte con la sensación.  Es todo.

martes, 6 de marzo de 2012

Pertenecer y Ser

Mi vida inició cuando mi madre me dijo que "no tenía porque, si no lo quería".  Todas esas ideas sobre ser diferente y lo simple que se puede ser, entraron y posicionaron en mis pensamientos, discursos y vida, hasta hoy.  A pesar que a ella misma, le constara y cuesta buena parte de tiempo, aceptarlo.

Las monjas hicieron su batalla, campal y con refuerzos, sin ningún éxito.  La sociedad, cuando tuve conciencia de ella, había armado con una serie de represiones que me empezaron a moldear de una u otra forma, matizando lo que dentro de mi había dejado ser y me hacía sonreír.  Las amistades mutaron a algo coyuntural y distante, forma que me agrada.  Las relaciones amorosas, algunas buenas, otras estereotipadas y un par,  que gracias a las diosas me libré; y porque negarlo, también se libraron de mis malas formas de relacionarme, y que hasta la fecha ciertos tics me acompañan.

Y así pasaron los años, gentes, libros, canciones, sabores y ese puñado de sentimientos repelidos que he guardado al fondo de mi racionalidad y cubiertos con filtros de control y autocensura.  Me he dedicado a divagar, hacer historias mal escritas en lugares pasajeros y provocado tornados internos.  La vida sin tanto enamoramiento me ha tratado con cariño, el futuro no ha sido mi fijación y mis deseos se limitan a amanecer.

Hoy sigo sin pedir mucho, mi futuro mide dos cuartas y sé en cierta medida, qué es lo que quiero de mi.  Así he pasado la vida, y hoy lo recuerdo al iniciar un serie de días más, que se llaman años.  Salú pues, y a seguir sobreviviendo.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Deseos de embriaguez

El sitio lleno de carjacadas, palabras sin sentido y rostros perdidos entre pensamientos íntimos.  Salí, sin mediar palabra, me llené la boca con un golpe de cerveza y entre intentos de enfoque, saqué un cigarro de un bolsillo ajeno.

Esta vez las luces de la noche me sedujeron, me recosté en el baúl de un auto rayado.  Los semáforos allí, puestos del mismo lado y con una sincronización exacta, casi por milésimas de segundo titilaban y cambiaban de color.  Las paredes llenas de pintas y sombras que rebotaban impulsadas por el sonido del bar, mis pensamientos y las bocanadas de tabaco podrido que me salían por los poros.

Me puse a divagar, en la mierda que últimamente ando, en ese nudo de llanto que hasta el amarillo titilante me invita a sacar, y las ganas de gritarme que es paja éso que me digo todas las mañanas frente al espejo.  Entonces empecé a desear, supe que lo que realmente necesitaba era una especie de golpe, seco, sin aviso y a quemarropa, como esos shock eléctricos que dan en los hospitales.  Así podría reaccionar, despertar de la tristeza y poder entonces sanarme con un poco de saliva y lágrimas los pensamientos.  La cerveza se me empezó a caer, el vaso se balanceó y yo a media calle sintiendo el frío calarme las lágrimas, que intentaba ocultar.

Sin siquiera haber terminado de maquinar mi deseo y la obra teatral de mi resurgimiento, sonó el golpe, justo que había imaginado a menos de treinta metros de distancia.  Me empiné lo último del vaso, me quemé los dedos con el resto del cigarro y con cierta confusión entré de nuevo al bar, sin mediar palabra.  

Instantes después, una ambulancia pasó vacía, y el cuidacarros hablaba de un cuerpo muerto muy cerca de allí.

 Alguien me contestó, me dijeron por allí.

lunes, 27 de febrero de 2012

Esa canción que me gustaba

¡Ya no quiero que lo hagas!, nunca te lo había dicho, pero hoy es el día.
Tu voz me destruye desde adentro, me rompe como sol de verano en piel arenosa.
Los recuerdos los dejé ir, no te lo dije pero así fue.
Los besos que tanto deseo darte se quedaron colgados entre la urbanización occidental.

La luna, ¿ahora éso preguntas?  Se ha ido lejos, muy lejos de tu ventana.
Calla, no me digas que vuelva, no me lo pidás, porque desde ayer te arranqué.
Fue más fácil de lo que me había imaginado, como una curita de hospital público.
Aunque he de confesarte que como mañana, seguramente no parará de sangrar.

Los ritmos aun suenan, ¿los escuchás? pues será lo único que nos quedó.
Las frases sueltas y promesas de vidas futuras, las ganas de tenernos hasta el fin, 
son historias pasadas que seguramente pronto olvidarás entre la distancia y el silencio.

Ahora duerme, duermo, lejos como siempre fue.

lunes, 20 de febrero de 2012

Vacuna contra la nostalgia

Dejé de pensar en pasado,
mis discos están llenos de música sin recuerdos,
abandoné el mal hábito de la autoflagelación,
pero sobre todo...dejé de reprocharme los "hubieras".

Ahora soy una zombie, que viste de traje,
asiste a cursos libres de macrame, nunca salgo de noche
y ama los viejos guisos de la revista Vanidad.

lunes, 6 de febrero de 2012

Entre los espacios

Sé que me esperas, llevan días las cortinas cerradas.  Te alcanzo.  Llego hacia vos, como un leve silvido.  Traspaso los espacios y el tiempo para colarme por tu ventana.   Nada entra, solo vos y yo.  Los caminos han dejado de separarnos, las vidas se han vuelto primaveras ajenas, sin esperar nos nombrarnos en un solo murmullo.

Nos sentimos.  Me sentís, como ese frío que eriza la piel y los sabores que marcan el paladar.  Y te siento, entre sonrisas y baños de almendra tostada.  Así pasamos, vistiéndonos y jugando trucos de magia, donde nadie sabe que exitimos, como un deseo de un día de paz, como una feria de luces embriagantes, como todo éso que sabemos que no podrá ser.  Todo se vuelve estático, empapelado con sueños e historias de deseos, ésas que nos quedamos debiendo.  Ésas que sin decirnos sabemos que nos contamos mientras dormimos y nos pensamos hasta el atardecer.

Con las razones suficientes vuelo, vos me esperás y las cortinas nos separan de lo demás, para entonces murmurar con la ayuda del viento y el tiempo, la deuda que nos tenemos.



martes, 31 de enero de 2012

Cursi y ridículo

La medida necesaria.  Tan embriagante, que cuando se despierta no se sabe cuánto tiempo se quisiera estar más en ese sitio.  Los vacíos se hunden, se unen y son esperas completas de agua dulce y amaneceres en canoa.  

La vida se suaviza, nos sirve de canal y en momentos se usa de excusa.  Es todo aquello que utópicamente nos hemos heredado, bajo la consigna que nos traerá meteoritos y lunas llenas eternas, con un leve roce de corazón y corazón.

Se deja de mal dormir, las sonrisas surgen a la distancia y las ganas arropan en esas noches de que al lado no se está.  Así pasan los días, pensando, flotando a ratos y con palabras sueltas se construyen universos completos.  El conjunto es deseado, los tejidos se vuelven bandas anchas de miles de colores, con papelitos de mensajes con dedicatoria, lejos del anonimato, lejos de esos murmullos sin razón de los/as curiosas.

Así pasan los días, junto al amor con pinceladas de cusilerías y ridiculeces, que sólo él provoca y descifra.

lunes, 23 de enero de 2012

Cristales en mi cabeza

Detrás de los ojos, sé que está.  Llevo días con un miedo nuevo, a parte de los que desde niña tengo y que la realidad alimenta día con día.  Han dejado de llorarme los ojos, el alma se ha vuelto porosa y las sensaciones corren como infantes alrededor de un pastel de chocolate.

Mal duermo, deje de soñar, un día desperté y no estaba ningún recuerdo circulando en la habitación.  Los globos de colores se estancaron en las esquinas lejos de la ventana y el vecindario dejó de espiarme por debajo de la puerta.  Me recomendaron agua tibia con limón, flores en el recibidor y galletas de harina morena, pero nada de éso ha dado resultado, creo que hasta la dislexia me ha perdonado.

El televisor lo he vendido y del control remoto hice un monopatín con cojínes.  El sillón lo tiré al río y ahora es una bonita lancha de verano.  Las postales que me enviaron las hice una frazada para el perro, ése que deseo desde que un día uno me mordió.  La complicidad se quedó detrás del vidrio, en cubículos divididos en suspiros y ganas de ser.  Todo cambió, un día cualquiera, desperté y el ahogo estaba allí.

Ahora tejo hamacas, las cuelgo a la orilla de la cama, deseando un día una pesadilla me haga despertar y finalmente caiga.

martes, 17 de enero de 2012

Entre cuerdas vocales

Mi cuerpo se mueve, sin deseos de controlarlo, mi mente vuela, los ojos sobran y las manos buscan a los astros que cubren el universo.  Las nubes me guían, mis pies flotan al ritmo de las notas musicales, con los bajos que desgarran desde adentro.

Parándome, lejos y con el viento estático, recordé y dí miles de vueltas en espiral, rompiéndome en moléculas y sonoros acordes, respondiendo a cada una de las letras y que sólo el corazón con dejos de taquicardía, avala.  Las culpas se van, no hay tiempo sólo historias, que flotan y le dan sentido a la voz.

Esa voz que sube árboles, toca estrellas y sale de tu boca, muy cerca de mi, pegada a mi alma, que afirma lo que hoy quiero, con tu canción de agua tibia de manantial.

lunes, 16 de enero de 2012

Con un clip

Sin tanto color, un clip cualquiera.  Recogí las mejores fotos, las vidas que construía, los versos que dediqué y las canciones que miles de veces canté a solas.  Todo allí, apelmasado como baratija de puesto de universidad, en un fondo unicolor.

Tomé todo, deje de pensar en los personajes, deshilé los bordados de lentejuela y dentro de una bolsa gris con tu recuerdo calado, te fuiste. 

miércoles, 11 de enero de 2012

Núcleos de Árboles

Fuerte, enormes y haciéndole cosquillas al cielo, se esparcieron por el lugar.  Combinaciones de tierra, arena y piedras transparentes los rodean y ayudan a filtrar el agua de lluvia.  Las nubes se mueven, se esparsen a su compás, sin emitir sonido están allí cubriéndoles del duro sol de verano.

Las aves parten de los espejos de agua estancada, con grandes reflejos se ven justo al fondo, donde los peces se esconden de la materia y de las hojas secas.  Pedazos de frutos vuelan, entre abismos de guerras entre monos sin alas y mariposas de enormes colas que trepan, sin tocar las cortezas.  Todo grita, con murmullos que no caen al suelo, diciendo que se está vivo y que confirman que todo existe, lejos de la mirada del mundo.  

Por las noches las lunas salen, acarician a las tortugas y le desean buena suerte al resto que migra por el calor o las ganas de arena blanca.  Miles de estrellas explotan al borde de los cerros, sin parar con olor a viento helado.    Milenios avanzan, se tejen y arman ciclos que maduran las flores y abonan las enredaderas que sirven de túneles a los insectos morados y es usado como reino por el escarabajo azul.

Todo pasa, nada queda, los elementos hacen su trabajo, los árboles calman las energías y las almas perdidas llegan al fin, para ser alimento de ranas y sellar copullos de orugas.

lunes, 9 de enero de 2012

Parpadeo

El cielo no existía, el límite se había fugado con una mejor amante y una vieja hamaca nos cubría del pasto, las miradas y el pasado.  El sol doraba la piel, el viento hacia travesuras con tu cabello, y vos lo ayudabas enredándotelo en los dedos.  Mientras, yo trataba de llamar tu atención, traer tus sentidos a mi voz y que tu piel desnuda sintiera cada una de las palabras que quería leerte y había marcado con puntitos de caramelo, la noche anterior.

Pero vos, reías, afilabas la mirada y me empujabas hacía vos, cantando canciones dulces, diciéndome que otro día podría ser y que hoy querías ver estrellas y volar un rato antes que oscureciera.  Qué tenías ganas que nos fuéramos lejos a donde nadie más existe, las ganas se tensan, los deseos se pegan a los vidrios y los olores salen con un ritmo seductor.  Que te contara otras historias, ésas que a pedazos te escribo, y que si lo hacíamos, finalmente me enseñarías esa libreta donde habías hecho un pequeño mapa para recordarme, mientras estuve fuera. 

Y así pasamos la tarde, vos jugando con tu cabello y me invitabas a irnos, y yo con trozos de cuentos robados, listos para leértelo al oído y hacerte erizar el corazón, en un parpadeo.

jueves, 5 de enero de 2012

Una noche sí, las otras a veces

Mientras vos jugabas con la energía eléctrica y te empecinabas en llenar la habitación de luz.  Tratando al mismo tiempo de encontrar tejidos de algodón que me cubrieran el cuerpo, en el vestidor de disfraces infantiles.  La habitación se dibujaba con la sombra de la lámpara, que se balanceaba de un lado a otro por el frío, trayendo a las almas del infinito a este mundo terrenal. 

Donde a ratos te desesperaban los silvidos que salían por la ventana a otras ventanas para hacer cosquillas y recordar.  Mientras el interruptor te jugaba malas bromas, y los juegos prohibidos se despegaban de las paredes.  Se escuchaba el ruido de un par de gatos que se tiraban del tejado al vacío por problemas económicos.  Los recuerdos de la otra habitación llamaban a la puerta, sin que vos los pudíeras escuchar.  La ausencia de la luna te helaba provocando que la luz se te escurriera de las manos.

Mientras todo éso sucedía, yo lloraba bajo las sábanas a tu lado, fingiendo que era un sueño hecho hipo que me lo provocaba.

martes, 3 de enero de 2012

Nudos que chocan

En un sobre de tela, al fondo de la torre de películas sin ver.  Sin esperarlo, las energías lo trajeron hacía mi, como regalo de todo, como regalo de nada.  Esa nada que duele como hueso reconstruído en época helada.

Sin gana, lo abrí.  Salieron los polvos de muchos y muchas, las chispas de lo que no dije y pedacitos de historias en blanco y negro, a través de una ventana en movimiento con olores de anís, jamaica y clavo aromatizador.  En forma de curvas salieron las ideas, se hicieron grandes petates, arañas de remolinos olvidados, sentimientos de infancia reprimidos y un par de libros robados de la biblioteca.

Como un conjuro, de a golpes me fui enredando, con trenzas enormes, tejidos fuertes con cuentos de aldeas de las orillas del país y cánticos de lucha que hacen hervir el agua.  Justo antes de que los sentimientos me llevaran dentro, me descasacaré, convirtiéndome en manta cruda con olor a milpa fresca.  

Fue entonces, cuando el futuro se me hizo laguna verdosa con árboles que recobran y paisajes infinitos.