miércoles, 13 de noviembre de 2013

Barcas, luces y agua

Y puse miles de rayitas antes de empezar el texto, dije cosas maquilladas para la ocasión porque aun no sé está resuleto o quizás no esté por un buen tiempo.  Un par de habitaciones a mi alrededor, idiomas ajenos, llantos sometidos al silencio y alguien teclea bajo un apego condenatorio. 

Los días son días, cada quien los colorea como quiere, le dije en secreto.
La lucidez entra por debajo de la puerta, pensé, justo luego que me besaste sin muchas ganas a nada.

Mientras tanto la perra juega con su sombra, deseando sea otra más y no sentirse sola.
Vuelo libre le dicen, se me hace más a un vuelo controlado y condicionado en ser algo que en otra vida se quiere y sin tanta espera ocurre en cualquier risco hermoso, lleno de vegetación y si la suerte te atrapa puede ser que se toque el agua con los pies.

¿Cómo te habrá ido?, sigue sonando en mi cabeza.  ¿Y si te lo pregunto?, me reprimo.
 Ayer hablaba de un gran viaje para tan corta narración.  Hoy el viaje se hace enorme pero la narracción le quedará para siempre chica, aunque el mundo se junte y cada quien diga su parte.  Así es la muerte, nunca justa, tan anunciada y olvidada aunque se baile con ella a ratitos durante el día.


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